El pasado mes de mayo la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó la nueva lista en la que figuran 15 familias de bacterias resistentes a los antibióticos.
bioMérieux, en el marco de su compromiso con la mejora de la salud pública mundial y de la región LatAm, se enfoca en soluciones globales para combatir la resistencia a los antimicrobianos. En este proceso, donde el diagnóstico es esencial para la vida de los pacientes, la investigación y el desarrollo juegan un papel fundamental. Por esto, nuestros esfuerzos también están orientados en el análisis de nuevas evidencias científicas que incluyan la posible aparición de infecciones. Bajo este contexto, la reciente lista de bacterias farmacorresistentes actualizada por la OMS y que son consideradas peligrosas para la salud humana, representan un desafío más para los sistemas de salud, que tienen un aliado en nuestra compañía, a través de nuestras tecnologías innovadoras, rápidas, confiables y seguras.
Según la Organización Mundial de la Salud, las resistencias a los antimicrobianos ocurren cuando estos fármacos pierden su actividad contra las bacterias, los virus, los hongos y los parásitos. Como consecuencia de ello, las enfermedades que ocasionan son más graves y aumenta el riesgo de que se propaguen y se transmitan a más personas, causando más morbimortalidad. La principal causa de la aparición de resistencias es el uso excesivo e indebido de antimicrobianos. En esta lista actualizada se han incorporado nuevas pruebas e información proporcionada por expertos que será de utilidad para llevar a cabo la investigación y el desarrollo de nuevos antibióticos, fomentar la coordinación internacional e impulsar la innovación. El documento publicado recientemente por esta organización internacional, indica que en la lista de 2024 se han eliminado cinco combinaciones de patógenos y antibióticos incluidas en la lista de 2017 y se han añadido cuatro combinaciones nuevas. Las enterobacteriales resistentes a las cefalosporinas de tercera generación figuran en un grupo independiente dentro de la categoría de prioridad crítica, lo que pone de manifiesto su carga de morbimortalidad y la necesidad de aplicar intervenciones específicas para hacerles frente, sobre todo en los países de ingresos bajos y medianos.
De acuerdo con la OMS, las 15 familias de bacterias resistentes a los antibióticos están clasificadas en tres categorías (crítica, alta y media). Así las cosas, la lista de patógenos bacterianos prioritarios de la organización correspondiente a 2024 es la siguiente:
Prioridad crítica:
Acinetobacter baumannii resistente a los carbapenémicos
Enterobacteriales resistentes a las cefalosporinas de tercera generación
Enterobacteriales resistentes a los carbapenémicos
Mycobacterium tuberculosis resistente a la rifampicina (que se ha incluido tras efectuar un análisis independiente con criterios adaptados paralelamente y tras la posterior aplicación de una matriz adaptada de análisis para decidir en función de varios criterios).
Prioridad alta:
Salmonella Typhi resistente a las fluoroquinolonas
Shigella spp. resistente a las fluoroquinolonas
Enterococcus faecium resistente a la vancomicina
Pseudomonas aeruginosa resistente a los carbapenémicos
Salmonelas no tifoideas resistentes a las fluoroquinolonas
Neisseria gonorrhoeae resistente a las cefalosporinas de tercera generación y/o a las fluoroquinolonas
Staphylococcus aureus resistente a la meticilina
Prioridad media:
Estreptococos del grupo A resistentes a los macrólidos
Streptococcus pneumoniae resistente a los macrólidos
Haemophilus influenzae resistente a la ampicilina
Estreptococos del grupo B resistentes a los macrólidos
Finalmente, el documento de la OMS resalta que los cambios introducidos con respecto a 2017 reflejan la dinámica de la resistencia a los antimicrobianos, que obliga a adaptar las intervenciones. A fin de poder usar esta lista como herramienta en todo el mundo, se debe adaptar a los contextos nacionales y regionales teniendo en cuenta las variaciones regionales en la distribución de los patógenos y en la carga de las resistencias. Por ejemplo, Mycoplasma genitalium farmacorresistente, que no está incluido en la lista, plantea problemas de forma creciente en algunas partes del mundo.
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